•  19/01/2020 09:26

Una noche cerca del anochecer, Jia Nan se sentó junto a un escritorio. Al abrir la Biblia, comenzó a leer: “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite consigo, pero las prudentes tomaron aceite en frascos junto con sus lámparas. Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo.’ Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: ‘Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan.’ Pero las prudentes respondieron, diciendo: ‘No, no sea que no haya suficiente para nosotras y para vosotras; id más bien a los que venden y comprad para vosotras.’ Y mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta” (Mateo 25:1-10).

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