Recién llegada a Australia, ella finalmente encontró trabajo, aún cuando a menudo se equivocaba. Tenía miedo de que, si decía la verdad, la despedirían; pero cuando no la contaba, su corazón se inquietaba. Atrapada en este dilema, pensaba en las palabras de Dios, de quien aprendió a ser honesta. ¿Queréis saber cómo practicaba la verdad de ser una persona sincera? Entonces, este artículo “Siendo una persona sincera, vivo de manera sincera” os lo dirá.
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