En el año 2010 me mudé a Corea del Sur con mi marido y empecé a creer en el Señor Jesús en una iglesia cerca de nuestra casa. En las reuniones el pastor predicaba a menudo acerca del camino de “la salvación de la cruz” y “Dios ama a la gente del mundo,” y mi corazón se conmovió profundamente por el gran amor del Señor Jesús. Cada vez que oraba al Señor sentía como si Él estuviese justo a mi lado, y mi corazón se llenaba de sentimientos de paz y seguridad. En aquel entonces solía ir a la iglesia puntualmente todas las semanas para escuchar los sermones del pastor, y leía la Biblia a conciencia todos los días, y logré leer el libro entero en un año. Leí las profecías del Señor acerca de que volvería en los últimos días para levantarnos y llevarnos al reino celestial, y por eso esperaba poder darle la bienvenida al regreso del Señor antes de morir.
Más información