Sentí que lo que la Hermana Jin había compartido era muy fresco y nuevo, que eran cosas que nunca había escuchado antes en la religión. A través de sus palabras, llegué a entender un poco acerca de los muchos versículos en la Biblia que no había entendido antes, y la admiré muchísimo. Le pregunté: “Hermana, todos creemos en el Señor, ¿cómo entonces has compartido tan claramente acerca de las razones de la desolación en las iglesias? ¿Y dónde podemos ir para encontrar la nueva obra de Dios?”
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