•  22/09/2019 10:56

Un día leí las siguientes palabras de Jesucristo: “Bienaventurados los pobres en espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos” (Mateo 5:3). Me puse a reflexionar: Al Señor le gustan los pobres en espíritu, y aquellos que no son pobres en espíritu no pueden entrar en el reino de los cielos. Pero entonces, ¿qué tipo de personas son los pobres en espíritu?

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  •  14/09/2019 08:39

El nombre de Dios es Jehová, como está escrito en el Antiguo Testamento: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:11). “Jehová, [...] Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:15). Sin embargo, el Nuevo Testamento dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). “Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado á los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). A partir de estos versículos se puede ver que tanto Jehová como Jesús son los nombres de Dios. Dios se llama Jehová en el Antiguo Testamento, pero recibe el nombre de Jesús en el Nuevo Testamento. ¿Por qué cambia el nombre de Dios? ¿Cuál es el significado de Sus nombres? Vamos a explorar juntos este aspecto de la verdad.

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  •  13/07/2019 09:14

Está escrito en el Antiguo Testamento: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Isaías 43:11). “Jehová, [...] Este es mi nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos” (Éxodo 3:15). Las Escrituras afirman claramente que el nombre de Yahvé es para siempre, sin embargo, en el Nuevo Testamento, el nombre de Dios cambió a Jesús, como está escrito: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). ¿Por qué cambia el nombre de Dios? ¿Qué misterio hay detrás de esto?

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  •  7/07/2019 09:35

Jin Hua recogió a la Hermana Zheng y la Hermana Yang (de vuelta de otra provincia) desde la estación de tren. Después de que los tres almorzaron, la Hermana Zheng y la Hermana Yang fueron a descansar un poco. Jin Hua también estaba a punto de acostarse y tomar una siesta cuando la Hermana Wang de su iglesia vino a decirle que el día anterior la policía del PCCh había arrestado a otros diez hermanos y hermanas, por lo que ya no quería asistir a las reuniones. Planeaba ir a otro lugar para trabajar. Al escuchar eso, el corazón de Jin Hua se hundió al darse cuenta de que el alcance de la persecución del PCCh era cada vez más grave. Pero en ese momento, ella estaba demasiado ocupada reconfortando a la Hermana Wang para pensar más: “Dios usa esto para probar nuestra fe en Él, y también cumple con la señal del regreso del Señor. Jesús Cristo dijo: ‘Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre. […] Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo’ (Mateo 24:9-13). Ahora ya se han cumplido las profecías del retorno del Señor y ya ha llegado el día del Señor. Espere hasta que Él descienda con las nubes y seremos arrebatados al reino de los cielos. Así como Jesucristo dijo: ‘Y entonces verán al Hijo del Hombre que viene en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención’ (Lucas 21:27-28). En este momento crucial, debemos mantener nuestra fe en Él aún más: debemos resistir hasta el final, sin importar cuán grande sea la persecución y la tribulación. Hoy, nuestra ligera aflicción, que es solo por un momento, trabajará para nosotros en un peso de gloria mucho más extraordinario y eterno en el futuro”.

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  •  28/06/2019 10:05

Un día estaba predicando y hablé del gran desastre que estaba por venir. Así que exhorté a los hermanos y hermanas a asistir a las reuniones activamente, poner más empeño en leer la Biblia y seguir el camino del Señor en la vida real, para poder observar y esperar el regreso del Señor. Pero vi que algunos hermanos y hermanas permanecían débiles y llenos de dudas sobre si podrían ser arrebatados al Reino de los Cielos. Luego expliqué: “Hermanos y hermanas, la Biblia dice: ‘porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación’ (Romanos 10:10). Mientras creamos en el Señor con nuestros corazones y confirmemos nuestra fe en Él con nuestras palabras, nuestra fe nos permitirá obtener la salvación eterna. Cuando el Señor regrese, seguramente seremos arrebatados al Reino de los Cielos”. Al escuchar lo que dije, los hermanos y hermanas estaban todos felices y tenían algo de fortaleza. En este momento, su compañero de trabajo Zhang se puso de pie y dijo: “No lo creo”. El Señor Jesús dijo: ‘[...] sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos’ (Mateo 7:21). Esto claramente nos dice que solo aquellos que hacen la voluntad de Dios pueden entrar al Reino de los Cielos.

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  •  6/06/2019 17:07

Las profecías tratan sobre cosas que no han ocurrido todavía, pero de las que Dios ya nos ha hablado. Algunas de ellas son signos que les dio a los profetas para que escribieran sobre ellas, como por ejemplo en los libros de Isaías y Daniel. Algunas de ellas fueron entregadas a personas directamente por Dios en la carne, como las profecías del Señor Jesús sobre los últimos días. La manera en la que se cumple una profecía concretamente no es algo que podamos comprender los seres humanos.

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