Los padres de Wenya se separaron cuando ella tenía dos años y después vivió con su padre y su madrastra. La madrastra no la soportaba y siempre discutía con el padre. Él tenía pocas opciones y tuvo que enviar a Wenya a casa de su madre, quien estaba totalmente centrada en dirigir su negocio y no tenía tiempo para ocuparse de Wenya, por lo que solía enviarla a casa de familiares y amigos para que la acogieran. Después de tantos años en acogida, la joven Wenya se sentía sola e indefensa y anhelaba el calor de un hogar. No volvió con su padre hasta que este y su madrastra no se divorciaron y, desde entonces, para bien o para mal, tuvo un hogar.
Más informaciónAl haberse criado en una familia pobre, Du Juan se mostró decidida desde muy pequeña a ganar mucho dinero para tener una vida mejor. Con esa idea en mente, dejó la escuela muy pronto para dedicarse al trabajo manual, a cualquier cosa que le sirviera para ganar dinero. Nunca se quejaba cuando el trabajo era duro y agotador. Sin embargo, no logró el objetivo deseado. A pesar de trabajar tan duro, no podía alcanzar la vida que quería para sí misma. En 2008, albergando el sueño de ganar mucho dinero, se marchó a Japón con su marido. Pasados algunos años, la presión de un trabajo tan pesado y las excesivas jornadas laborales, la llevaron al colapso por fatiga. Los resultados de las pruebas en el hospital hundieron su estado de ánimo hasta el punto más bajo de su vida, sin embargo Du Juan quería hacer realidad sus ideales y no estaba dispuesta a ceder. Continuó trabajando, cargando con su enfermedad, con la mente puesta en seguir luchando. Al final, la tortura de su condición la obligó a detener el progreso de su búsqueda de dinero. En medio de su dolor, comenzó a reflexionar: ¿por qué vive el hombre esta vida después de todo? ¿Vale la pena arriesgar la vida por dinero? ¿Es cierto que una vida basada en el dinero es una vida feliz? Estas dudas le rondaban constantemente. Poco después, la salvación de Dios Todopoderoso de los últimos días llegó a ella. A partir de las palabras de Dios Todopoderoso, conoció el origen de la vida de dolor del hombre, y también entendió para qué debe vivir el hombre y cómo hacerlo antes de poder tener una vida humana significativa. Cada vez que pensaba en esta experiencia, Du Juan suspiraba emocionada: desde luego, esta enfermedad le había hecho alcanzar la fortuna a partir de la desgracia.
Más informaciónAl adolescente Li Xinguang, adicto a internet, le angustiaba su adicción a los videojuegos. Tras fallar los métodos humanos para que la dejara y encontrarse en un callejón sin salida, consiguió creer sinceramente en Dios, le oró y se amparó en Él, y encontró el modo de superar felizmente su adicción a los videojuegos.
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