Reflexión cristiana | Cómo huí de la Marisma del Amor

Cuando era una niña joven e ingenua, las ficciones románticas de los escritores de esa generación me acompañaron todo el tiempo. Después de leer sus historias de amor que eran de otro mundo, poéticas y pintorescas, los pensamientos solían atiborrar mi mente y el amor representado en sus conmovedoras historias de amor siempre fue mi sueño. Anhelaba un amor vigoroso e inmortal y quería quedarme con mi alma gemela por el resto de mi vida. Sin embargo, mi deseo no se hizo realidad. Me casé apurada bajo la disposición de mis padres antes de encontrar el amor propio por mi cuenta.

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Reflexión cristiana | Después de buscar, he encontrado las huellas del Señor (II)

Porque estas palabras fueron útiles para mí, realmente quería saber de dónde venían. Más tarde, descubrí que habían varias palabras, “La Palabra manifestada en carne” al final de cada pasaje. Luego las copié y busqué en internet, para mi sorpresa, los resultados encontrados venían de la Iglesia de Dios Todopoderoso. Viendo estas palabras, me quedé mirando fijamente, estaba en un dilema: ¿Por qué he vuelto a conocer a la gente de la Iglesia de Dios Todopoderoso? Entonces me arrodillé y oré al Señor: “Oh Señor, ¿por qué una y otra vez me traes a la Iglesia de Dios Todopoderoso? ¿Cuál es Tu intención? ¿Qué debo hacer? Por favor guíame y dirígeme. “Cuando estaba orando, lo que el hermano Wu me había enviado continuamente resonó en mi mente. Entonces oré al Señor otra vez: “Oh Señor, ¿es la iglesia que he estado buscando? ¿Puedo encontrar las respuestas a mis preguntas en esta iglesia? Si esta es la manera que me proporcionas, la buscaré e investigaré a pesar de que la iglesia sea condenada por el mundo religioso y el gobierno del PCCh. Por favor, dame un corazón para santificarme de ellos, rezo en el Santo Nombre del Señor Jesús. ¡Amen!”

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Reflexión cristiana | ¿Cómo podemos vivir de forma extraordinaria en nuestra vida ordinaria?

Un día, después del trabajo, me encontraba en la estación de autobús, esperando por el bus para poder irme a casa. Mientras observaba el caminar rápido y las miradas cansadas de los peatones y escuchaba a la gente a mi alrededor quejarse de las injusticias en el trabajo y hablando sobre los chismes de sus compañeros, de repente me puse a pensar en como yo era y mis pensamientos volvieron a los días de antaño, cuando yo luchaba a través de la niebla.

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Seguí los pasos de Dios después de 20 años (Parte 1)

Crecí en una familia católica, y cuando era pequeña, llevé una vida de fe devota junto con mis padres, disfrutando de la generosa gracia del Señor y participando activamente en las reuniones de la iglesia. En aquel entonces, el sacerdote solía decir a menudo: “El Señor volverá en los últimos días y por eso debemos esperar. En ningún momento debemos abandonar al Señor, porque si aceptamos otra religión, eso sería una traición al Señor y un pecado imperdonable”. Tomé en serio las palabras del sacerdote y me decidí a seguir al Señor toda mi vida, y a no traicionarlo nunca.

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La mejor educación (Parte 2)

Más adelante, vi que en las palabras de Dios se decía: “La suerte del hombre está controlada por las manos de Dios. Tú eres incapaz de controlarte a ti mismo: a pesar de que siempre anda con prisas y ocupándose para sí mismo, el hombre permanece incapaz de controlarse. Si pudieras conocer tu propia perspectiva, si pudieras controlar tu propio sino, ¿seguirías siendo una criatura?” (de ‘Restaurar la vida normal del hombre y llevarlo a un destino maravilloso’ ).

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La mejor educación (Parte 1)

Tengo 50 años y desde temprana edad viví en una pobre aldea de montaña, una aldea muy remota y atrasada. Había ocho personas en mi familia: mis abuelos maternos en primer lugar, cuatro hermanos y hermanas, y una sola persona, mi padre, ganando un salario en el equipo de producción. Mi familia era tan pobre, que ni siquiera teníamos suficiente polenta ni pan de maíz para comer. Sentía mucha envidia cuando veía a otros comiendo bollos cocidos al vapor y pensaba, ¿cuándo podré comerlos yo también? ¿Cuándo dejaré de pasar hambre? Mi abuela me animaba diciéndome: “¡Si quieres vivir bien, comer bien e ir bien vestida, tienes que estudiar mucho! Sólo podrás destacar si tienes conocimientos y cultura; más adelante podrás ir a la ciudad y vivir allí sin necesidad de llevar una vida como esta, de cara a la tierra y de espaldas al cielo”. Las palabras de mi abuela se grabaron profundamente en mi corazón. Tomé entonces la determinación de estudiar duro y cambiar mi destino confiando en el conocimiento.

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Después de buscar, he encontrado las huellas del Señor (I)

Queridos hermanos y hermanas, ¡La paz sea con ustedes! Hoy quiero compartir mi historia con ustedes. Soy un aborigen taiwanés y nací en una tribu. Aquí hay montañas, agua y un hermoso paisaje. Además, hay una iglesia presbiteriana, donde asistí en forma continua a la escuela dominical cuando era niña y fui parte de su comunidad juvenil y la de adultos. Yo estaba dispuesta a invertir mi tiempo haciendo cualquier trabajo en la iglesia porque la iglesia era como un hogar para mí y también una parte indispensable de mi vida.

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¿Cómo tratamos las pruebas que Dios da?

¿Cómo tratamos las pruebas que Dios da? En la Biblia se dice: "El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el Señor prueba los corazones"(Proverbios 17:3). "También volveré mi mano contra ti, te limpiaré de tu escoria como con lejía, y quitaré toda tu impureza"(Isaías 1:25).

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Ella encontró la verdadera felicidad después de un matrimonio roto

A pesar de la disuasión de sus padres y amigos, Xinping se casó con su novio con determinación. Después del matrimonio, sus vidas fueron gratificantes. Su esposo la trataba bien, lo cual siempre valoraba y agradecía. Ella creía que era la vida dulce y feliz que anhelaba. Con el fin de tener una familia feliz, se preocupó por el alma y el corazón de su esposo, pensaba en él primero antes de todo y se encargó de los asuntos familiares por su cuenta para no molestarlo.

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Cuando confié en Dios, mi hijo en peligro de muerte sobrevivió

En la primavera de 2015, Wang Min salió un día de casa para hacer algunos recados y al regresar, encontró a su hijo Linlin sentado en su cama con un aspecto muy pálido. Se sostenía el estómago con ambas manos y vomitaba sin parar. Wang Min se apresuró y le preguntó: “Linlin, ¿qué te pasa?” Linlin respondió en voz baja: “Mamá, me duele mucho el estómago”. Wang Min le frotó el estómago y dijo: “¿Te resfriaste anoche o comiste algo y te cayó mal?” Mientras decía esto, buscó en un cajón, encontró un medicamento para el estómago y se lo dio a Linlin. Pensó para sus adentros: “Mi hijo de veinticinco años no está tan delicado, y pronto estará mejor cuando tome algunos medicamentos”. Inesperadamente, sin embargo, el dolor de estómago de Linlin no mejoró, sino que empeoró cada vez más. Tenía tanto dolor que toda su cabeza estaba cubierta de sudor y seguía gritando: “¡Mamá, me duele mucho!” Wang Min llamó al médico de la aldea.

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Ser una persona honesta ¡Mi negocio va viento en popa! (II)

Un día, una señora elegante de unos cuarenta años entró en mi tienda y preguntó sin preámbulos: “Quiero teñirme el pelo. ¿Cuánto cuesta?” No me atreví a pedirle un precio desorbitado como solía hacer, así que le contesté con franqueza: “Cuarenta, cincuenta o sesenta; puede escoger”. Ella dijo: “Sesenta. Los precios aquí son realmente bajos. Otros me cobran cien por teñirme el pelo”. Mientras le estaba tiñendo el pelo, ella empezó a presumir de tener mucho dinero diciendo: “Tengo una empresa importante. A menudo me tengo que poner guapa. Cada vez que lo hago, cuesta más de cien yuanes. Y un sólo frasco de medicina para adelgazar cuesta más de cien yuanes...” Al oírla hablar continuamente de cosas banales, mi corazón se dio un brinco: ¡Vaya! Esta es una mujer rica; debería haberle pedido más dinero.

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Siendo una persona honesta, mi negocio se vuelve enérgico (I)

Yo nací en una familia pobre. Desde donde puedo recordar había llevado una vida siendo discriminado por la pobreza. Pero me prometí a mi mismo una cosa: En el futuro haré una fortuna y tendré una vida con riquezas por encima de los demás, para que la gente me mire con diferentes ojos.

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